La Violencia de
género, lejos de estar en el camino de resolverse, parece que está viviendo uno
de sus peores momentos y lo sabemos porque se está silenciando. Se están
silenciando los datos, las condenas públicas, las campañas de sensibilización y
lo que es peor, las mujeres que son víctimas de esta lacra están eligiendo el
silencio y no la denuncia.
La crisis nos afecta
a todos y a todas, pero a quienes están en situación de vulnerabilidad mucho
más, las mujeres que se encuentran en situación de maltrato lo tienen más
difícil para romper con ella, para salir de la espiral de la violencia
necesitan ayuda, una mínima seguridad de que van a poder rehacer sus vidas y la
crisis les supone un muro que en la mayoría de los casos se hace infranqueable.
Y ahí está o debería estar, el Gobierno para romper ese muro, sin embargo no lo
está haciendo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque hay menos llamadas de auxilio, hay
menos denuncias y están aumentando el número de mujeres que retiran las
denuncias. La violencia se está quedando de nuevo en casa, de puertas para
adentro.
El Ministerio calla,
repite de forma anodina sus comunicados de prensa cada vez que una mujer es
asesinada, meros corta y pega de anteriores notas. Ese es el trabajo del
Ministerio que debería estar protegiendo a las mujeres, el resto de su labor se
resume en retrocesos y recortes.
El recorte
presupuestario que ha sufrido la Ley Integral Contra la Violencia de Género en
estos años de Gobierno del PP ha sido sangrante, ya supera el 28%. Lo que
supone menos atención, menos sensibilización, menos prevención y más mujeres
que no pueden salir de la espiral de violencia. Para más provocación anuncian
una Estrategia Nacional contra la violencia de género que dicen está dotada con
1.500 millones de presupuesto, bien, hemos preguntado y examinado los
presupuestos, y ni han contestado y tampoco hemos encontrado nada, ni un
céntimo extra. Pura propaganda.
En el PSOE somos
conscientes de que en los últimos 10 años han sido asesinadas más de 700
mujeres y también somos conscientes que cuando tuvimos el privilegio de
gobernar aprobamos una de las leyes más avanzadas en nuestro entorno y quizás
del mundo, una Ley que inició el camino para la erradicación de la violencia de
género en nuestro país y que necesita del continuo apoyo y desarrollo para ver
conseguido su fin.
En estos dos años de
gobierno popular nos hemos encontrado con auténticas barbaridades, como el
desmantelamiento de muchos centros de atención a víctimas que han visto
reducida su labor al no tener fondos o que directamente desaparecían al carecer
de presupuesto. Hemos visto, o mejor dicho, no hemos visto más que una sola
campaña de sensibilización en dos años, una campaña cuya distribución no
correspondió a criterios de sensibilización hacia las mujeres, ni a los intereses
de la lucha contra la violencia de género, puesto que su difusión no se realizó
teniendo en cuenta la cobertura mediática.
Porque la lucha
contra la violencia de género tiene carácter integral hay otras leyes que la
afectan directamente y si cambian esas leyes provocan también pasos atrás, como
así ha pasado con la nueva ley educativa y la desaparición de la asignatura de
Educación para la Ciudadanía, clave en la prevención de la violencia.
Y en el mundo rural
estos recortes se hacen más visibles y todavía se harán mucho más cuando la
Reforma de la Administración Local se haga efectiva. Porque con esta reforma
del PP acabará con muchos servicios municipales y en concreto con los
relacionados con la promoción y protección de la mujer, desaparecerán los
programas de atención a las mujeres, los puntos de información, los pisos de
acogida para mujeres maltratadas, o los programas de recuperación para víctimas
de violencia de género ¿Y las mujeres que viven alejadas de las grandes
ciudades, qué harán? Es un verdadero ataque hacía ellas, hacía todas las
mujeres.
Por estas razones,
por las mujeres que son víctimas de la violencia de género, por la dignidad de
nuestra sociedad, exigimos en este Día Internacional de Lucha Contra la
Violencia de Género, que el Gobierno reactive y despierte a la Ley Integral
Contra la Violencia de Género, con un presupuesto apropiado y suficiente, que
vuelva a coordinar a las administraciones, que anule la reforma local y vuelva
a educar en igualdad. En definitiva, exigimos que el Gobierno luche de verdad
contra la violencia de género, que se implique con todas sus consecuencias y
trabaje para ello con las organizaciones de mujeres.